Vivimos en un entorno cambiante a todos los niveles, en el que las empresas cada vez van haciendo esfuerzos para adaptarse a estas condiciones: tecnológicas, de gestión, medioambientales… Respecto a estas últimas, a imagen y semejanza de las normas ISO 9000, se desarrollaron las ISO 14000 de Medio Ambiente, necesarias para acondicionar debidamente los espacios de trabajo de acuerdo con la prevención de riesgos laborales. Para integrar estas normas, el sistema de gestión medioambiental tuvo que constituirse como un objetivo estratégico. A su vez, los tres sistemas Prevención, Calidad y Medio Ambiente han de estar vinculados, dadas las profundas interrelaciones existentes, además de la sinergia mutua que entre ellos se genera.
Por otra parte, la naturaleza de los sistemas de Medio Ambiente conlleva la necesidad de su integración en todas las actividades y funciones de la empresa o institución, para que sea un sistema realmente efectivo. Son cambios que se han venido desarrollando en los últimos años y que con los problemas derivados del cambio climático por el acuciante nivel de contaminación a nivel global.
Integrar este tipo de sistemas ha sido consecuencia de la tendencia del mercado a exigir que las empresas certifiquen sus sistemas de calidad y medio ambiente, mediante las citadas normas ISO 9000 e ISO 14000. No obstante, dado que cada empresa tiene unas condiciones diferentes, el proceso de integración de las mismas en sus sistemas de prevención de riesgos laborales no ha sido el mismo. En cualquier caso, adoptar las normas ISO que competen a lo medioambiental, tienen múltiples puntos positivos no sólo para las empresas. Para estas les beneficia en aspectos como el ahorro de costes y la reputación; para el consumidor proporciona calidad, seguridad y fiabilidad; para los gobiernos proporcionan buenas bases tecnológicas y científicas… Y, por supuesto, es beneficioso para nuestro planeta.